(extraido de zona de contacto , diario el mercurio, viernes 08 de febrero, ya que representa todo lo que pienso de esta peliculasa)
Esta debe ser la película más original de la historia del cine universal y nunca se había hecho algo así. Aparte de Blair Wich Project, Sábado, [Rec], el bautizo de mi prima, una antigua de unos caníbales que me mostró mi amigo nerd y que se llamaba el no sé cuánto caníbal (asquerosa, no la vean), y otras más. Esta cuestión sí que es a toda zorra, y hay que puro verla antes de que pase de moda y uno la encuentre charcha.
Primero que todo y para que sepan, esta es la típica película que es como esos videos que uno hace con la Handycam en el asado de la familia donde típico que uno se pone a hacerle un zoom a las pifias de la abuelita o a la raya del tío que se agachó a sacar carbón. Igualito, salvo que aquí aparece el manso monstruo a dejar la escoba y vamos todos corriendo miércales.
Todo lo que uno ve en esta película es lo que un compadre grabó con su cámara, y les aviso al tiro no vayan recién almorzados ni se sienten muy adelante, si no quieren que el pobre gil que limpia el cine tenga que ir a conseguirse aserrín a la barraca. Esta película es más que la típica de camarógrafo epiléptico. Acá el camarógrafo filma como si además tuviera parkinson, anduviera bailando techno, arriba de la pelota, y poseído por el demonio (y en el Tagadá). Así que ya saben.
Lo malo es que los que personajes son unos compadres apestosos millonarios bonitos con puros dramas que no salvan a nadie onda Warner Channel (hasta cuándo) y a uno le dan lo mismo (menos el que anda con la cámara, que es como chistoso). Igual todo eso a uno se le olvida cuando aparece el famoso Cloverfield, que en inglés debe significar “Chuata loquito, el medio monstruo” porque uf.
En serio, cáchense que yo fui a ver esta película en una avant-premiere la zorra con pura gente famosa y entre los invitados estaba el Godzilla, el The Host y el Jurassic Park, y de repente los miré y estaban los tres achacados y haciendo como que les daba lo mismo, pero con los ojos todos vidriosos y más amurrados que no sé qué. (Godzilla en una parte se rió y dijo “pffft”, pero fue de puro nervio).
En fin, Cloverfield es lo más malas pulgas que hay y anda enfermo de enojado con todos porque yo cacho que anda en sus días. (Si yo me llamara Cloverfield andaría igual en todo caso, porque seguro que en el colegio le dicen Garfield o que viene de Springfield y no lo dejan en paz). Lo anda rompiendo todo y no deja Estatua de la Libertad con cabeza, así que imagínense. Y no sólo eso sino que además anda con unos Cloverfielditos chicos en la espalda que son como unas tarántulas gigantes murcielagosas y también dejan la grande, porque de tal palo, ya saben.
Como la cuestión es toda grabada por el camarógrafo epiléptico, eso sí, el monstruo es más misterioso que no sé qué y nunca se ve bien. Siempre se ve borroso, o uno cacha un pedazo detrás de un edificio, y justo cuando va a aparecer completo la cámara tiene que apretar cachete para el otro lado y quedamos con las ganas. Uno como gil toda la película entrecerrando los ojos y fijándose en una esquina para ver al mono maldito y se pasa cualquier rollo, lo cuál es bueno encuentro yo, porque esa cuestión asusta más.
Ahora que lo pienso esta película es igualita a esa vez que a mi colegio fue Don Francisco y quedó la escoba porque todos corrimos para verlo. Acá igual. Todos los giles apelotonados y no cachando nada, y de pronto entremedio de la multitud se ve un pedazo de pezuña, un tentáculo, un colmillo baboso o un ojo horrible mala onda y sería todo. Y el Cloverfield tampoco es muy bonito que digamos.
No les voy a describir el mono porque no tengo idea cómo es, y eso que yo me entrené con unos monjes para no parpadear durante dos horas (la técnica crítico famoso). Cada vez que salía el Cloverfield se veía distinto, así que todavía no me decido si era medio guarisapo, tenía cola, tentáculos, cuatro patas flacas o dos patas cortas, etc. De repente era como el mono que tenía el Jabba en El Regreso del que te Jedi (el que se come al guardia jabalí) y en otras no se cachaba nada. Pero como dije antes, así da más susto porque los rollos se los pasa uno solito, y tal como dijo no sé quién “la imaginación del ser humano es mejor que cualquier efecto espacial”. (Claro que después ese perico vio El señor de los Anillos, Star Wars y Terminator 2 y quedó pagando).
Como la película es puro Handycam todo el rato, no hay ninguna parte donde el presidente habla con los científicos y se ven las pantallas gigantes con la explicación del Cloverfield y la cacha de la espada. Acá nada. Uno ve la escoba que queda no más y sería todo, vámonos yendo para la casa, buena onda, hasta lueguito.
A mí me gustó eso porque es lo que uno viviría si pasara de verdad. Si un Cloverfield apareciera a pisotear Chile y a sacarle la cabeza a la torre Entel, uno andaría corriendo y tratando de cachar qué onda y eso es esta película, sin explicar nada, ojalá en pantalla bien grande y con los parlantes a todo tarro. Se los digo porque cuando terminó, casi toda la gente en el cine estaba con cara de plop y le fueron a reclamar al que corta las entradas qué onda el Cloverfield, y el compadre ahí mandándose los medios tollos para que no lo mataran. Así que ya saben.
(Un amigo nerd me contó que esta película es de los mismos pericos que hacen Lost, y él sí que estaba enojado porque nunca se imaginó que la peli iba a ser así, y me dijo que no estaba para el leseo del resto, y que no veía las cuestiones para que puro le calentaran la sopa).
Bueno, para terminar le quiero dar un premio especial Quiero a Mi Mamá Award al maldito Nightshot, que es ese efecto especial que tienen las cámaras para ver de noche y que se ve todo verde y la gente con ojos de vampiro. Por culpa de ese maldito efecto acá hay una parte en que uno se hace de todo de puro miedo, y ya es la cuarta vez que me pasa (antes con El Descenso, Exterminio 2 y la Paris Hilton). Buena Nightshot.
Ciento setenta y dos millones quinientas mil cinco estrellas, con advertencias para los que se marean y/o no les gusta el misterio. (Mención honrosa por empeñosos a los Cloverfielditos).
Esta debe ser la película más original de la historia del cine universal y nunca se había hecho algo así. Aparte de Blair Wich Project, Sábado, [Rec], el bautizo de mi prima, una antigua de unos caníbales que me mostró mi amigo nerd y que se llamaba el no sé cuánto caníbal (asquerosa, no la vean), y otras más. Esta cuestión sí que es a toda zorra, y hay que puro verla antes de que pase de moda y uno la encuentre charcha.
Primero que todo y para que sepan, esta es la típica película que es como esos videos que uno hace con la Handycam en el asado de la familia donde típico que uno se pone a hacerle un zoom a las pifias de la abuelita o a la raya del tío que se agachó a sacar carbón. Igualito, salvo que aquí aparece el manso monstruo a dejar la escoba y vamos todos corriendo miércales.
Todo lo que uno ve en esta película es lo que un compadre grabó con su cámara, y les aviso al tiro no vayan recién almorzados ni se sienten muy adelante, si no quieren que el pobre gil que limpia el cine tenga que ir a conseguirse aserrín a la barraca. Esta película es más que la típica de camarógrafo epiléptico. Acá el camarógrafo filma como si además tuviera parkinson, anduviera bailando techno, arriba de la pelota, y poseído por el demonio (y en el Tagadá). Así que ya saben.
Lo malo es que los que personajes son unos compadres apestosos millonarios bonitos con puros dramas que no salvan a nadie onda Warner Channel (hasta cuándo) y a uno le dan lo mismo (menos el que anda con la cámara, que es como chistoso). Igual todo eso a uno se le olvida cuando aparece el famoso Cloverfield, que en inglés debe significar “Chuata loquito, el medio monstruo” porque uf.
En serio, cáchense que yo fui a ver esta película en una avant-premiere la zorra con pura gente famosa y entre los invitados estaba el Godzilla, el The Host y el Jurassic Park, y de repente los miré y estaban los tres achacados y haciendo como que les daba lo mismo, pero con los ojos todos vidriosos y más amurrados que no sé qué. (Godzilla en una parte se rió y dijo “pffft”, pero fue de puro nervio).
En fin, Cloverfield es lo más malas pulgas que hay y anda enfermo de enojado con todos porque yo cacho que anda en sus días. (Si yo me llamara Cloverfield andaría igual en todo caso, porque seguro que en el colegio le dicen Garfield o que viene de Springfield y no lo dejan en paz). Lo anda rompiendo todo y no deja Estatua de la Libertad con cabeza, así que imagínense. Y no sólo eso sino que además anda con unos Cloverfielditos chicos en la espalda que son como unas tarántulas gigantes murcielagosas y también dejan la grande, porque de tal palo, ya saben.
Como la cuestión es toda grabada por el camarógrafo epiléptico, eso sí, el monstruo es más misterioso que no sé qué y nunca se ve bien. Siempre se ve borroso, o uno cacha un pedazo detrás de un edificio, y justo cuando va a aparecer completo la cámara tiene que apretar cachete para el otro lado y quedamos con las ganas. Uno como gil toda la película entrecerrando los ojos y fijándose en una esquina para ver al mono maldito y se pasa cualquier rollo, lo cuál es bueno encuentro yo, porque esa cuestión asusta más.
Ahora que lo pienso esta película es igualita a esa vez que a mi colegio fue Don Francisco y quedó la escoba porque todos corrimos para verlo. Acá igual. Todos los giles apelotonados y no cachando nada, y de pronto entremedio de la multitud se ve un pedazo de pezuña, un tentáculo, un colmillo baboso o un ojo horrible mala onda y sería todo. Y el Cloverfield tampoco es muy bonito que digamos.
No les voy a describir el mono porque no tengo idea cómo es, y eso que yo me entrené con unos monjes para no parpadear durante dos horas (la técnica crítico famoso). Cada vez que salía el Cloverfield se veía distinto, así que todavía no me decido si era medio guarisapo, tenía cola, tentáculos, cuatro patas flacas o dos patas cortas, etc. De repente era como el mono que tenía el Jabba en El Regreso del que te Jedi (el que se come al guardia jabalí) y en otras no se cachaba nada. Pero como dije antes, así da más susto porque los rollos se los pasa uno solito, y tal como dijo no sé quién “la imaginación del ser humano es mejor que cualquier efecto espacial”. (Claro que después ese perico vio El señor de los Anillos, Star Wars y Terminator 2 y quedó pagando).
Como la película es puro Handycam todo el rato, no hay ninguna parte donde el presidente habla con los científicos y se ven las pantallas gigantes con la explicación del Cloverfield y la cacha de la espada. Acá nada. Uno ve la escoba que queda no más y sería todo, vámonos yendo para la casa, buena onda, hasta lueguito.
A mí me gustó eso porque es lo que uno viviría si pasara de verdad. Si un Cloverfield apareciera a pisotear Chile y a sacarle la cabeza a la torre Entel, uno andaría corriendo y tratando de cachar qué onda y eso es esta película, sin explicar nada, ojalá en pantalla bien grande y con los parlantes a todo tarro. Se los digo porque cuando terminó, casi toda la gente en el cine estaba con cara de plop y le fueron a reclamar al que corta las entradas qué onda el Cloverfield, y el compadre ahí mandándose los medios tollos para que no lo mataran. Así que ya saben.
(Un amigo nerd me contó que esta película es de los mismos pericos que hacen Lost, y él sí que estaba enojado porque nunca se imaginó que la peli iba a ser así, y me dijo que no estaba para el leseo del resto, y que no veía las cuestiones para que puro le calentaran la sopa).
Bueno, para terminar le quiero dar un premio especial Quiero a Mi Mamá Award al maldito Nightshot, que es ese efecto especial que tienen las cámaras para ver de noche y que se ve todo verde y la gente con ojos de vampiro. Por culpa de ese maldito efecto acá hay una parte en que uno se hace de todo de puro miedo, y ya es la cuarta vez que me pasa (antes con El Descenso, Exterminio 2 y la Paris Hilton). Buena Nightshot.
Ciento setenta y dos millones quinientas mil cinco estrellas, con advertencias para los que se marean y/o no les gusta el misterio. (Mención honrosa por empeñosos a los Cloverfielditos).
